¿La gratuidad un acto social o viejos hábitos arraigados en el sector de la belleza?
Gratuito es aquello que no buscamos en modo alguno, es lo que no esperamos, lo que está fuera de los cálculos racionales y que nadie prevé que pasará hasta que, finalmente aparece y nos preguntamos que habrá detrás de esta gratuidad.
Esta acción inesperada en solo una semana en las redes sociales observe 115 propuestas, lo que aparece contra nuestro pronóstico, lo que irrumpe en lo cotidiano de nuestra profesión en el sector de la belleza y la transforma por completo, la palabra GRATUIDAD es más que interesante en estos tiempos virtuales que hace pensar lo siguiente.
• ¿Por qué la industria ofrece cada vez más gratuidad en su formación?
• ¿Por qué hasta la misma gratuidad pierde interés?
• ¿Es solo gratuito lo que se brinda sin interés o esfuerzo?
• ¿Es la gratuidad un acto social o una estrategia de seducción de ventas?
• ¿La gratuidad es información que esta diseminada en el internet o son secretos específicos que transforman al profesional del sector de la belleza?
La planificación de un gran sector de alumnos de belleza es una gran obstinación encontrar un curso pago que lo satisfaga intelectualmente, dice una Profe que se dedica a peluquería y estética, es por este motivo que son grandes golondrinas que migran a cuanto CURSO gratuito encuentren.
Hace décadas atrás un francés responsable del área de marketing de una empresa de productos capilares, instalo que los talleres de cómo utilizar los productos para el cabello deben ser gratuitos, que el negocio era únicamente vender mucho más de lo que compraban esos mismos clientes.
La modalidad en esos tiempos llega a nuestra región y por lógica distorsionada que solo quedo la palabra GRATUITO, el peluquero y otros profesionales de la industria compraron e incorporaron el concepto que esta el día de hoy se convirtió en el habito difícil de modificar.
Un Maestro peluquero de la región dice: La muestra es gratuita después debes pagarla, refiriéndose a clases que dicta de manera virtual.
Rodolfo Urrea