Seleccionar página

“Estética: Padecer al jefe y admirar al profesional”

En varias estéticas se vive una contradicción silenciosa: se padece al jefe/a y se admira al bagaje intelectual y profesional que esta tiene. Es decir, se tolera al dueño/a del negocio por obligación, pero se respeta profundamente al que enseña, acompaña y que en algún momento fue su mentor

Este fenómeno grita una crisis de liderazgo en gran parte de los responsables de una estética que centran su Rol en el saber y se olvidan del trabajo en equipo

No alcanza con ser el dueño de algunos saberes o el titular del local de la estética, responsable que maltrata, explota, impone miedo o desprecia al equipo, nunca le adjudicaran el rol de líder, puede generar obediencia por la necesidad de un operario de trabajar sosteniendo la admiración por el profesional, pero nunca respeto genuino a lo que es el manager de la estética.

En cambio, el responsable de la estética que se forma en acciones grupales, que colabora sin competir, que inspira con su ética, se gana el lugar de liderazgo sin necesidad de imponerlo. Es la figura que se observa en silencio y que marca el estándar de cómo deberían ser las acciones desde el saber, protocolos y equipo de trabajo.

La industria de la estética necesita liderazgos auténticos y profesionales y menos jefes autoritarios, dándose cuenta de que el talento no florece bajo la presión, sino en ambientes de reconocimiento, formación, respeto y trabajo en equipo.

Podemos contar con un grupo de trabajo, pero un equipo no se construye con miedo, se construye con admiración recíproca, ejemplo e interrelaciones en las funciones y prescripciones de roles.

saber del responsable de la estética se sostenga con el respeto del trabajo en equipo.

RU