“Yo no quiero ser peluquero”
Desde 1900 la peluquería en el mundo tenía sus propios descendientes como una casta, segundas, terceras y cuartas generaciones de familias de peluqueros, el oficio se enseñaba y se traía en la sangre transmitiendo secretos.
Desde la década de 2000 las nuevas generaciones de peluqueros no se están produciendo, datos más curioso y preocupante es que 2025 en el planeta prácticamente no existe nuevos trabajadores peluqueros por herencia o mandato de familia, los que reavivaron el semillero fueron los Barberos que cada vez más jóvenes, pero sin ese hilo cultural de un pariente cerca que haya transmitido la pasión del oficio, son la nueva patriada.
Las grandes cadenas de peluquería y varias empresas importantes de productos estiman que 2030 la escases de peluqueros será muy fuerte como así también las tiendas o negocios con el nombre de peluquería serán mucho menor de lo que algunos creen, encontrando que ya no es negocio.
La industria de la peluquería actualmente está con un 30% de veteranía + 60 de edad, trabajando siendo muy activos desde su ser, teniendo siempre presente que el oficio de peluquero requiere tres pilares fundamentales: buena vista – equilibrio de manos y estado físico acorde a las exigencias temas que se van debilitando con el tiempo.
“Yo no quiero ser peluquero” se escucha a hijos o parientes cercanos de dueños de salón de peluquería, ya jubilados o cansados del negocio y quieren dejar en manos confiables la poca clientela que tiene sintiendo la resistencia a una combinación que siempre brindo resultados que es la experiencia y la juventud.
Estoy seguro de que dentro de 30 años ningún peluquero del planeta tendrá “nostalgia” como lo tiene la veteranía de peluqueros que transito las décadas de los 60 a los 90, no será más una peluquería de pasión tendrán el nombre de profesionales por que en algún momento el control a la industria llegara de manera muy fuerte y contundente para evitar juicios de malas praxis y cuidar la nueva camada de peluqueros que recién hoy se está gestando con la cultura de la simplicidad.
Los peluqueros nuevos NO comprarán el gran sueño de ser “Profesional”, colgar un “Diploma”, no aplaudirán a nadie, no les interesa dictar un curso ni menos aún alimentar sus EGOS.
Rodolfo Urrea