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La verdad como problema

En varias oportunidades la verdad es una mentira útil, pero también la verdad se convierte en un problema en una industria como el de la belleza donde la formación en estética o peluquería de valer 100 (como referencia) bajo a la gratuidad.

Como una mirada integradora, social e inclusiva enseñar un oficio de manera gratuita es como una caricia a las oportunidades, el tema es ¿quién paga la fiesta?, ¿alguna marca de productos? que genera compradores en vez de profesionales, una ¿pincelada política? Que tiene como relato belleza para todos o simplemente darse cuenta de que el negocio está en fabricar Peluqueros y no formación de profesionales para un proyecto de peluquería propio o ajeno.

La doctrina de la rápida salida laboral, aunque no se encuentre un solo sillón o cabina disponible frustra al nuevo profesional, que se pierde en una gran isla de competencia y No de las grandes oportunidades que se dicen como verdades.

¡!!YO quiero ser Maestro o Instructor!!!de peluquería gritan las redes sociales en el colectivo de peluqueros, olvidándose que las habilidades, el talento y la pasión NO se enseñan en ningún curso, es algo intransferible único e irrepetible, LA VERDAD es que si usted se siente feliz con un diploma que tenga su nombre y diga instructor de peluquería hágalo y recuerde que en solo 5 años la industria de instructores creció el 300% y está en alza.

La masividad volvió a la industria más económica (en servicios) que nunca en la historia de estos últimos 50 años en el sector de la belleza, creo que gran parte de los profesionales no se han encontrado con lo que compraron como oficio o le vendieron, sé que se está trabajando en diferentes países y ciudades para ordenar la industria, donde ya entramos en el primer semestre de 2024 y varios actores están proyectando para 2025.
Rodolfo Urrea