El embriagador perfume de ser un INSTRUCTOR de peluquería
En la década de los 90 solo un 7% de mis clientes se orientaban a un producto de Escuela de Peluquería, en el 2000 se incrementó esta cifra hasta un 35%, hoy 2024 recién comenzando el año el 93% de las solicitudes de asesoramientos están orientados a ser un instructor de peluquería independiente, proyectos virtuales o alianzas con otros colegas peluqueros, la mayoría tiene en común la falta de inversión inclinándose por proyectos austeros.
Hace solo 20 años atrás estudiar para instructor de peluquería (la palabra Maestro todavía tenía una connotación de importancia) era como una búsqueda de un tesoro, solo en algunos lugares muy específico (que no quedaban cerca de tu casa) se avaluaba al candidato, la carga horaria era altísima, los valores del curso pesaban al bolsillo y la rectitud del aprendizaje provocan una desestimación a varios peluqueros de esa idea de querer enseñar.
Todavía no puedo encontrar cuando comenzó el encanto de los peluqueros de ser un Instructor de manera masiva como ocurre en estos tiempos, si sé que en Pandemia las redes sociales motivaron a cientos de novatos felices se atrevan a transmitir algún concepto cuando la cámara se encendía, algunos contenidos copiados, otros inventados pero la creatividad no cesaba y esto fue como la vacuna anti timidez donde quedo instituido la transmisión de información (NO formación) remota o virtual.
En este proceso compulsivo de querer ser instructor de peluquería observo lo siguiente (siempre con una mirada crítica y subjetiva)
- Todavía no está en claro si querer ser instructor es por narcisismo o deseo del oficio (Rol)
- El paso del tiempo deprime los resultados, un nuevo instructor en los primeros 8 meses logra interpretar que no es negocio la formación en esta región.
- El instructor aprendió su oficio de manera pausada y con contenidos mientras el mercado (los nuevos alumnos) le pide lo contrario
- Cuando el instructor comienza a entender que los objetivos son por acción y NO por técnica se desorienta.
- Cuando comienzas a dictar clases te das cuenta que la máscara se convierte en Rostro
- Cuando comienzas a enseñar te das cuenta de tu SABER real
- El instructor debe entender que la dialéctica es el arte de la enseñanza
- Uno de los obstáculos habituales es: el binomio de un instructor que se complejiza a enseñar, con un alumno que se resiste aprenderlo.
- 2010 había solo en Argentina un instructor de peluquería cada cien mil peluqueros, 2024 hay un instructor cada nueve mil peluqueros.
La comprensión psicológica quizás abordaría el narcisismo, desde lo sociológico una adaptación activa al contexto laboral, desde lo filosófico podría ser de enriquecer nuestras mentes.
Que alguien cierre por favor esa tapa del perfume embriagador de ser instructor.
Rodolfo Urrea