Formación en la industria de la belleza ¿un aprendizaje de riesgo?
En este nuevo 2024, solo recorriendo las redes sociales en los primeros 20 días del nuevo año, contabilice 214 nuevas propuestas de como aprender a ser cosmetóloga, peluquero o los más osados ser Maestros de Maestros.
Generar un clima de pertenencia y afecto favorece las primeras instancias para enriquecer y profundizar lo que llamamos aprendizaje, donde todo NO es lo mismo cuando abordamos educando, contenidos, pedagogía o simplemente trasmitir una experiencia.
Observo que nadie se hace llamar transmisor de experiencias propias, todos se hacen llamar maestros con el bagaje y el peso intelectual que esto conlleva y los años de estudios que la educación formal necesita para instalar este rol a la sociedad.
Los contenidos técnicos y teóricos deben responder a los proyectos (temas que no se trata con seriedad) que la industria necesita, la mayoría de los llamados maestros tienen contenidos enlatados como si los alumnos fueran también enlatados (donde todos aprenden entienden o captan de la misma forma).
La propuesta de enseñanza en una industria castigada y atravesada por lo rápido, vulgar y repetitivo es sin dudas un desafío para formadores, institutos inclusive escuelas, a esto sumarle que la falta de oratoria, dicción, dialéctica o formación cultural de los que enseñan es muy básica, convirtiendo en un coctel explosivo de fracasos.
Algunas preguntas que colaboran a entender el sistema de formación del sector de la belleza.
- Miles de personas que se capacitan en los diferentes países en la industria, pero cuando el mercado busca una fuerza laboral profesional en todos sus sentidos NO lo encuentra
- Los espacios de formación cada vez tienen menos alumnos inclusive cada vez cobrado de manera más económica
- El 82% de los que dictan un curso, todavía están en modo de alumnos
- Para los alumnos (profesionales) manifiestan que es frustrante aprender lo ya sabido o un contenido aburrido
- Cuando se evalúa a los educando se encuentra que no hay fijación de los contenidos aprendidos
- No se encuentra un instructor que asegure que el alumno ha aprendido, que logro los objetivos y tiene un porcentaje alto de inserción laboral en una industria altamente competitiva.
Creo que debemos recordar que el alumno es el eje del proceso y no a la inversa.
Rodolfo Urrea