La estética: Ocurrió todo y NO ocurrió nada
Después de pandemia la estética realizó un párate respecto a crecimiento en los mercados que le inyectamos casi un 400% de nuevos profesionales (así lo llamaremos) bajando considerablemente la demandada local por parte de los consumidores.
Hace sólo unos años atrás encontrar una estética o centro de belleza debíamos recorrer bastante distancia y llegábamos a las manos de expertas ( en su mayoría cosmetologas con bases firme de conocimiento) instalada que se dedicaban de manera activa a diferentes técnica faciales- corporales y tratamientos estéticos.
Hoy encontramos en cada barrio y a pocos metros un cartel que nos seduce con la palabra Estética con una oferta increíble de servicios con nombres desconocidos siendo más desconocido aún quién está como responsable de ese establecimiento y qué bagaje intelectual y técnico posee.
Hace dos décadas la compra de Aparatología significaba para un responsable un crecimiento del negocio, hoy el negocio es el alquiler de los aparatos, alquilar personal llamado operadora técnica y alquilar de manera temporaria un espacio a terceros para bajar los costos y responsabilidades operativas.
Todo ocurrió y NO ocurrió nada respecto a instalar una industria formada y rentable, las estadísticas muestran que solo un 18% de establecimientos en Latinoamerica ganan dinero con su concepto, que el 82% son autoempleos con cabinas instaladas en los Lugares menos pensado sin habilitaciones o controles.
Las formaciones son en un 90% comerciales por diferentes marcas del sector (con los infaltables certificados), los eventos puros y duros de la estética fueron absorbidos por la industria Beauty (uñas-maquillaje-pestañas) regresando a:ocurrió todo y No Ocurrió nada.
La confianza NO puede forzarse es lo que se murmura entre el grupo de profesionales que están preocupados por la rusticidad del sector.
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