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La industria del conocimiento en el sector de la belleza

El mensaje durante varias décadas en el sector de la belleza estaba centrado en que el éxito está relacionado con el conocimiento de técnicas, siendo este de acceso hasta gratuito en estos tiempos.

La industria del conocimiento que casi es el 46% del mercado del sector de la belleza, creció de manera desproporcionada en la industria donde el balance de Maestro, contenido y cantidad de alumnos se mantuvo hasta el 2010.

Hoy existen “contingentes de instructores” y no a la inversa que debería ser estudiantes de iniciación o actualización sobre prácticas de estética o peluquería de calidad.

La industria está dividida en dos pilares o escenarios que son: primero los estudiantes que obtienen un bagaje de formación (Casi el 80% recibe lo básico y mínimo indispensable) y el segundo segmento los que están preparados para la tarea de su rol profesional, solo un 20% pueden realizarlo de manera sólida y concreta.

La formación ya no es “burócrata ni de elite”, popularizándose de manera casi agresiva donde el protagonista rompiendo los paradigmas es el que enseña y NO el que aprende.

Varias escuelas están decidiendo de ponerle fin a un plan de formación general de titulaciones, comenzar con más exigencias de exámenes llevando al profesional a medir sus capacidades de manera formal llamando a este concepto educación para un empleo o emprendimiento seguro en el sector de la belleza.

Una de las características más sorprendente es: Como la industria adquirió el habito y la aceptación de que el colectivo se convierta en generalista (Todólogos) antes que especialistas para afrontar la competitividad que se torna cada vez más fuerte.

El escenario de la formación se convirtió en:
Educación para una rápida salida laboral, Educación para un empleo o emprendimiento sólido, Formación de exámenes, evaluaciones y acreditaciones.
Rodolfo Urrea