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El peluquero el artista olvidado

Que placer cuando voy a una reunión y me preguntan ¿a qué te dedicas? Mi respuesta es soy artista, soy peluquero, me llamo Julián tengo 65 años de edad y ya perdí la cuenta de cuando fue mi primer corte.

Hace tiempo que me cuesta ir a trabajar a mi peluquería que la tengo desde hace dos décadas en el mismo lugar, siempre me gusto caminar el barrio, antes de llegar al negocio observo como la fisonomía cambia de manera brusca, antes pasaba por la Panadería de María, el olor a pan recién horneado se sentía casi a una cuadra, hoy ese negocio fue reemplazado por una Barbería que conecta su música caribeña a las 10 de la mañana y no para hasta tarde noche.

Me acuerdo de que frente a la plaza de mi bario estaba Don Esteban la casa de electrodomésticos que le vendía a cuotas a todo el barrio, hoy es una tienda donde venden cremas para el sector de la estética y productos como tintes y accesorios para ser usados por las clientas en sus casas, muchas veces me encontré con ex clientas saliendo de ese local con sus rostros felices.

Mi gran sorpresa fue cuando pase un día por el negocio de TITO el bicicletero donde hoy es una Estética que realiza tratamientos de Plasma para recuperar el cabello.

Hoy me di cuenta de que todo cambio cuando le envió un WhatsApp a mi vendedor predilecto de mi línea de productos, se llama Alberto y me contesta de manera virtual un sistema que dice haga su pedido y forma de pago y a la brevedad le haremos llegar el mismo.

Después de varias décadas me encuentro que el barrio se convirtió en competidores comerciales con mi trabajo artístico de peluquero, que hasta el vendedor de hace años se convirtió en un desconocido, me siento como un artista olvidado que solo algunos clientes de hace años me dicen las palabras mágicas de “Sos un Genio con tus manos”.
Rodolfo Urrea