Los barberos la frutilla del pastel
En cada evento de alguna ciudad de Europa, como en Latinoamérica y en Argentina los eventos serios y posicionados tienen su atractivo mayor que es el sector o espacio de Barberos, donde están más pensantes y competitivos.
Después de una década (la llegada fuerte de las Barberías) decir que son un esnobismo, una rareza o un corto plazo en la industria de la peluquería ya no tiene sentido, representando una cuarta parte de la industria del sector de la belleza, tienen su autonomía propia y logros.
Las Barberías comenzaron a cambiar su enfoque y posicionarse de manera más fuerte cuando la inclusión golpeo sus puertas, donde un público trabajador y consumidor son mujeres, se entendieron mejor el arte de la barbería como concepto y moda urbana.
Las Barberías se convirtieron de manera inconsciente en tres propuestas bien diferenciadas:
• El social y popular: como los grafitis de la década de los 70 en Estados Unidos ellos llevan su arte a las plazas, clubes y encuentros sociales, es más una propuesta de arte que de negocio.
• La Barbería clásica, una conversión que realizaron varios salones de peluquería Masculino, que los llevo a instalar la palabra marketinera que identifica una propuesta para ellos (hombres y también mujeres)
• Barbería Comerciales llevando a la inversión del club para hombres que brinda desde un corte hasta un tratamiento facial, el que tiene un córner de productos atractivo y un staff de hombres y mujeres que representan los Barberos profesionales, cobran hasta un 250% más que cualquier competidor que se llame Barbero.
El gran obstáculo del sector de la Barbería es donde se ubica ese barbero (Profesional peluquero) de las propuestas que mencionamos, si quiere ser parte del arte (Show), ser parte del negocio o quedarse en la queja de que no es ni peluquero ni Barbero.
Rodolfo Urrea