La difícil tarea de una profesión rentable
El horizonte comercial está en nuestra vida profesional, cultural y cotidiana, en la mayoría de las veces buscándose así mismo por un extenso tiempo con resultados muy tibios, a pesar de la experiencia que uno transita en las diferentes etapas de un trabajo y rol responsable en el sector de la belleza.
Décadas atrás el oficio del sector de la belleza sorprendió a cientos de trabajadores con prosperidad económica, sin anuncios en redes sociales que te indican que el éxitos es parte del vestuario cotidiano o una voz de algún coach que te dice que la vida en algún momento te sorprenderá mientras el sigue tan o más pobre como hace unos años.
Que interesante cuando te quieren vender que el negocio de un sector como el de la belleza, Peluquería, Estética o Spa tiene cientos de entradas comerciales como una gran margarita que se desoja uno por uno sus pétalos para encontrar el momento tan esperado que es ganar dinero, algunos más atrevidos dicen que convertirse en un empresario es como encontrar un trébol de cuatro hojas (todo es cuestión de suerte).
Existe una posición firme de un profesional del sector de mostrar su saber de manera sistemática, la pregunta es ¿porque cada vez tiene menos réditos económicos? La respuesta es: frente a una competencia desigual en expertiz, pero a su vez la industria del precio se apropió a lo que llamamos resultados, es imposible comprar la idea de algunos gurúes (nuevos en general) quieren instalar al trabajador de la industria de ser el más: conocedor – el más inmediato – el más económico pero a su vez con este coctel lo convierte en el más débil económicamente hablando.
Esa transformación de profesional a empresario NO llega por que los comunicadores (marketineros) son repetidores de fórmulas obsoletas (por mi parte las utilizaba hace 30 años), la industria quiere crear profesionales sin formación y educación, empresarios sin un dólar en el bolso y exitosos que jamás trabajaron bajo una nómina para entender lo que es disciplina y compromisos.
El trabajo intelectual, artístico y científico que realiza desde una cosmetóloga hasta un peluquero no se mide cuantitativamente, tampoco por su costo, solo se define por resultado y es en ese momento que comienza el verdadero Marketing de marca o personal.
En la década de los 90 lograr la rentabilidad como profesional del sector de la belleza era un 85% de posibilidades, 2024 (teniendo la tecnología como herramienta de comunicación) es de solo el 9%.
Sugerencias: pensemos el negocio de manera ortodoxa utilizando la tecnología solo en un 30%
Rodolfo Urrea