Camino de palabras (Instructores – Maestros)
El atractivo de la expresión verbal se convirtió como una joyería de palabras, para los oídos de aquellos que buscan enriquecerse con el saber de sus interlocutores (instructores) y que estos NO rompan la magia cuando comienzan con el arte de la comunicación con la rusticidad lingüística.
La conducta verbal individual tiende a ser influenciada por la lectura, investigación y el grupo social al cual pertenece el instructor o facilitador, estos espacios deben ser cuidados desde el comunicador entendiendo que No existen malos receptores, sino malos comunicadores.
Varias veces los instructores del sector de la belleza suelen no darse cuenta su cociente intelectual. Que está basado en la edad mental (encontramos adolescentes de 40 años), la edad cronológica y su expertiz frente al alumnado o colegas que lo escuchan, estas tres variables acercan a lo más real de un instructor conductual, ese facilitador de herramientas que forma cabezas en vez de llenarlas con información no valida.
Cuando un instructor me escribe para que evaluara su estilo de presentación, son habituales los obstáculos encontrados en la gran mayoría de lo que quiere comunicar siendo la falta de un sistema sólido, No solo del contenido sino también la forma de enseñar.
Algunas de las sugerencias de aquellos que quieren enseñar son los siguientes:
• Que tenga una buena dosis de inteligencia para NO creerse que es más inteligente que sus alumnos
• La capacidad para desempeñar su Rol de manera organizada y sistemática
• Entender que el nuevo alumno busca algo valioso para llevar a su proyecto
• Evitar redundar
• Tener capacidad de análisis y síntesis
• Entender que cuando se comienza a enseñar uno se da cuenta del conocimiento real que tiene y en la mayoría de las veces este no alcanza para el objetivo.
Rodolfo Urrea