El oficio del escenario con cambios significantes
Aquellos que transitamos disertando por varios países, costumbres, contextos, organizadores, sponsor, profesionales, estamos más que atentos en los momentos actuales que la presencialidad ya no es negocio para todo el movimiento que implica la puesta a punto de un evento importante (salvo algunas excepciones con fuertes sponsor)
Hace unos días me dieron una fecha para estar presente con uno de mis seminarios de negocios en un país de la región y al organizador le respondí lo siguiente:
• El producto que usted vende es para toda Latinoamérica, para qué va a realizar un seminario que lo verán solo un centenar de profesionales en dos ciudades específicas de su país.
• Hagámoslo de manera virtual que logramos que ambos (Su producto y mi persona) lo observen y escuches de varios países a la vez (es lo que sucede con cada zoom que realizo con invitados el 85% son extranjeros)
• De esta manera el organizador y el conferencista ganan más dinero (hablo puntualmente sobre mi temática)
• El organizador economiza traslado, alojamiento y otras cuestiones organizativas
• Los concurrentes a los eventos ya no tienen el dinero para trasladarse o estar alojados, aunque sea por un día como lo hacían antes
Se estima que el 85% de los eventos dejaros la presencialidad y se convirtieron en plataformas profesionales de streaming, argumentando que todo hoy pasa por las múltiples redes sociales que existen.
Siendo presencial o virtual el producto (el profesional) debe ser de excelencia en toda su magnitud donde el público se puso más exquisitito con cada dólar que invierte en el SABER concreto.
Cuando se convierte en presencial es para una formación a medida, especifica y casi única para ese grupo reducido de profesionales que paguen bien por la actividad realizada jerarquizada (caso contrario es más de lo mismo).
Rodolfo Urrea