Tu deseo NO es el mío
Las propuestas educativas en la industria de la belleza son amplísimas llevándonos a esa tarea tan difícil que es elegir, esa acción que nos permite tomar decisiones y escoger entre diferentes opciones que NO conocemos si cubrirán nuestras expectativas.
A veces, elegir puede ser emocionante, mientras que en otras ocasiones puede ser frustrante, en un mundo de la belleza virtual que todo se muestra casi perfecto en una foto o en una frase, pero cuando llega ese momento de encontrarse con el CONTENIDO se complejiza.
Lo más interesante es que: Elegir significa renunciar a algo, pero que sucede si rompemos ese paradigma haciendo como en algún mercado de consumo DONDE todo sin excepción se experimenta (inclusive aquello que creen que no es de calidad) y después (recién en ese proceso) se comienza a clasificar.
Después de tres décadas y en un proceso constante de conocer cómo mejorar mis contenidos y comunicación, me encuentro con propuestas que quizás pedagógicamente son sustentables pero sus facilitadores NO llegan a cumplir las expectativas (repetitivos, aburridos, inexpresivos) , cuando una vez más digo que no existen los malos escuchas (alumnos) sino los malos comunicadores, es en ese preciso momento que tengo que seguir en la búsqueda de quien, como, donde será la nueva propuesta educativa que elegiré.