Marketing: La Mala Palabra
Después de escribir varios libros (8 en total), de transitar por mas de 20 países y que apenas 120 profesionales escucharan mis seminarios en estos años instalo mis grandes dudas sobre el MARKETING.
Como un libro negro del Marketing fui escribiendo las ultimas dos décadas de cómo algunos conceptos que nacieron en la década de los 60 y se instalaron como literatura religiosa (siempre abordando el Marketing hoy no funcionan), comencé a romper esos mandatos que los novatos todavía se inspiran y los lleva al mismo laberinto que me encontré.
El marketing es el ANTES Y EL DESPUÉS de lo que llamo comercialización (basado en mi Primer libro Marketing de Peluquería que lleva entregado mas de 250 mil copias de manera gratuita) significa que cuando un cliente ingresa a nuestro negocio es el PUNTO critico e importante a tener resuelto.
Por que creo que el Marketing termina siendo una herramienta ineficaz y es por lo siguiente.
• Las estrategias deben ser diseñadas por conocedores del mercado en lo macro y micro, caso contrario se recorta la gran historia de amor
• Los ejecutores de las estrategias deben contar con un grado intelectual importante, este no es un juego, es negocios
• La emocionalidad entorpece los objetivos, emocionalmente equilibrado debe estar el Manager (en mis 28 años en esta industria encontré solo un 2% que tiene estas características)
• Rodearse de colaboradores que se amarren al proyecto (es un trabajo en equipo) un eslabón fisurado pierde fuerza los resultados
• En la industria de la Belleza se tilda de Marketineros a los vendedores de tinturas, vendedores de tijeras, cursos o relacionistas público (que pueden ser buenos vendedores, pero no guías de conceptos y estrategias)
El Marketing no es una cuestión de dinero (es una cuestión de negociar y vender tu proyecto), los resultados son porque estas activos a las ventas y el posicionamiento de tu marca es por el RESPETO que inspiraste en tus clientes.
Hoy el Marketing es un simple aderezo en el gran menú de estrategias sencillas, pero de valor.
Rodolfo Urrea